Dejar de consumir alcohol, cafeína o azúcar puede suponer todo un reto para muchos. Sin embargo, el abandono de estos vicios puede tener resultados sorprendentes sobre tu organismo y tu estado de ánimo. Así lo afirman tres periodistas de un diario británico que se comprometieron a participar en un singular experimento que consistía en dejar sus adicciones durante tres meses.
Con respecto al alcohol, la que probó fue Angela. “Después de seis semanas […] mis amigos y colegas empezaron a decirme que tenía los ojos más claros, que la cara se me veía menos hinchada y que había perdido peso. Además, me di cuenta de que me sentía con más energía“, explicó. Sin embargo, los médicos notaron que sus índices de colesterol se elevaron porque aumentó la ingesta de azúcar. Angela reconoce que el desafío fue realmente duro y ya volvió a beber alcohol de nuevo.
El valiente que dejó de tomar azúcar durante tres meses fue Chris Henry, de 42 años. Los resultados, afirma, fueron sorprendentes. Cuando comenzó el experimento padecía dolores de cabeza y se sentía con poca energía, pero a medida que pasaron los días recobró fuerzas. Además de bajar dos talles de pantalón, disminuyeron sus índices de colesterol y su presión arterial mejoró. Por si eso fuera poco, Henry asegura también que tras el experimento ya no siente ansias por comer dulces.
De tomar cuatro cafés, tres tazas de té y dos refrescos al día, Antonia pasó a consumir únicamente una taza de café y de té diariamente. ¿El lado negativo? Que engordó. Eso sí, sólo poco más de un kilo.
Con respecto al alcohol, la que probó fue Angela. “Después de seis semanas […] mis amigos y colegas empezaron a decirme que tenía los ojos más claros, que la cara se me veía menos hinchada y que había perdido peso. Además, me di cuenta de que me sentía con más energía“, explicó. Sin embargo, los médicos notaron que sus índices de colesterol se elevaron porque aumentó la ingesta de azúcar. Angela reconoce que el desafío fue realmente duro y ya volvió a beber alcohol de nuevo.
El valiente que dejó de tomar azúcar durante tres meses fue Chris Henry, de 42 años. Los resultados, afirma, fueron sorprendentes. Cuando comenzó el experimento padecía dolores de cabeza y se sentía con poca energía, pero a medida que pasaron los días recobró fuerzas. Además de bajar dos talles de pantalón, disminuyeron sus índices de colesterol y su presión arterial mejoró. Por si eso fuera poco, Henry asegura también que tras el experimento ya no siente ansias por comer dulces.
De tomar cuatro cafés, tres tazas de té y dos refrescos al día, Antonia pasó a consumir únicamente una taza de café y de té diariamente. ¿El lado negativo? Que engordó. Eso sí, sólo poco más de un kilo.
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