jueves, 14 de abril de 2016

8 formas en que las personas inteligentes se comunican con las personas que no les agradan - Por Álvaro Valenzuela

No se sorprenden por el comportamiento desagradable de una persona desagradable.
Nadie es perfecto y las personas tendemos a ser muy diferentes. Esto lleva a que queramos más algunos que a otros. Obviamente tenemos mayor aprecio por quienes piensan similar a nosotros o que tienen formas de ser que se acomoden a nuestro carácter. Sin embargo, a pesar de todas las diferencias que nos separan, siempre un poco de paciencia, humildad y comprensión puede hacer de la convivencia algo sano y armonioso. Según Robert Sutton, profesor de ciencias de la gestión de la Universidad de Stanford, no es posible, ni siquiera idealmente, construir un equipo de trabajo compuesto en su totalidad por personas que invitarías a comer a tu casa. Simplemente así es la vida.
Quizás estas 8 formas de comunicarse, recomendadas por el profesor Sutton, pueden ser una solución para hacer de este un mundo mejor y podría ayudarte, por ejemplo, a trabajar con quienes no te llevas tan bien:
1. Aceptan que no todo el mundo les va a gustar
Tarde o temprano te encontrarás con una persona tenga un punto de vista totalmente opuesto. Las personas inteligentes entienden esto y reconocen que los conflictos o desacuerdos, incluso pueden ser beneficiosos, ya que muestran una opinión diferente. Si a alguien no le gusta algo, no significa que sea una mala persona. A veces se pierde el tiempo tratando de convencer a alguien de algo cuando lo importante es reconocer que no se puede complacer a todos. Al final las emociones pasan a un segundo plano y es importante aprender a escuchar las opiniones de los demás.
2. Soportan (sin ignorar o descartar) a quienes no quieren
Cualquiera puede reaccionar de forma exagerada frente a lo que haga una persona que no nos cae bien, pero aún así es importante tratar de ser un poco más tolerante. Comunicarse con las personas sin miedo de discutir. No es fácil, pero vale la pena. A menudo aquellos que nos desafían o provocan nos llevan a pensar nuevas ideas y ayudan a impulsar un grupo de trabajo, por ejemplo, hacia el éxito. Recuerda: tú no eres perfecto tampoco, sin embargo, la gente todavía tolera.
3. Son educados y tratan a quienes no quieren con civismo
Sean cuales sean tus sentimientos hacia alguien, generalmente esa persona va estar en sintonía con tu actitud y comportamiento. Es decir, si tú eres desagradable con ellos, es probable que pierdan todo decoro y sean groseros contigo también. La responsabilidad, por lo tanto, es que tú sigas siendo imparcial, sereno y tolerante. “Cultivar una cara de póquer diplomática es importante. Tienes que ser capaz de llegar a ser profesional y positivo”, dice Ben Dattner, psicólogo organizacional y autor del libro The Blame Game (El juego de la culpa).
4. Entienden que cada uno toma su propio camino
A veces esperamos demasiado de los demás. De alguna manera egoísta asumimos que otros van a actuar como lo habríamos hecho nosotros. Sin embargo, no siempre es así. Esperar lo mismo de los demás de tu comportamiento es un camino que va hacia la decepción y la frustración. Cada persona es un mundo diferente. Si una persona hace que te sientas de la misma forma cada vez, ajusta tus expectativas adecuadamente. De esta manera estarás preparado psicológicamente y su comportamiento no te cogerá por sorpresa. Las personas inteligentes hacen esto todo el tiempo. No se sorprenden por el comportamiento desagradable de una persona desagradable.
5. Miran hacia su interior y se centran en sí mismos
Hay personas que simplemente te pueden parecer repelentes. Por eso es importante aprender cómo manejar la frustración cuando se trata de alguien que nos molesta. En lugar de pensar en lo irritante que es esa persona es bueno pensar porque uno está reaccionando así. A veces lo que no nos gusta en los demás es con frecuencia lo que no nos gusta en nosotros mismos. Identificar los factores que desencadenan nuestros sentimientos pueden ayudar a anticipar, suavizar, o incluso alterar tu reacción. Recuerda: es más fácil cambiar tu percepción, actitud y comportamiento que pedirle a alguien que sea una persona diferente.
6. Hacen una pausa y toman una respiro
Una respiración profunda y bajar una marcha pueden ayudarte a calmarte y protegerte de una reacción exagerada lo que te permitirá continuar con una mente un poco más abierta y tranquila.
7. Expresan sus necesidades
Es importante hacerles saber a quienes nos molestan que su forma de comportamiento o estilo de comunicación es un problema. Es importante evitar el lenguaje acusatorio y en vez probar la formula “Cuando haces A me siento B”. Por ejemplo, “Cuando me interrumpes en las reuniones me haces que me sienta poco valorado“. Es posible que la otra persona no se dio cuenta que no habías terminado de hablar, o que tu colega estaba tan entusiasmado con su idea lo hizo ser un poco arrebatado.
8. Son capaces de mantener la distancia
Si todo lo demás falla, las personas inteligentes permiten que el espacio sea un buen mediador entre ellos y quienes no aprecian. A veces disculparse y continuar con tu camino puede ser bueno. En el trabajo, cambiar a otro lugar o sentarse en el otro extremo de la mesa de reuniones puede funcionar. Con un poco de distancia, perspectiva y empatía, es posible que puedas volver a interactuar perfectamente tanto con las personas que te gustan como las que no te gustan.

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