jueves, 24 de junio de 2021

Los 5 lenguajes del amor

Palabras de afirmación: Las personas que entienden al amor en este idioma le dan muchísima importancia a las palabras. A veces se cree que sólo se puede demostrar cariño con una caricia; pero las palabras aportan un peso enorme a una relación. A quienes les gusta recibir amor de esta forma prefieren palabras de afecto, felicitación, ánimo. La persona se siente segura y con confianza ante esos discursos.
Tiempo de calidad: Este tipo de personas valoran el tiempo que su pareja o amigo les dedica. Y no hablo de cantidad, sino calidad. Esta gente se siente importante y querida cuando tienen atención de su pareja. No interesa si el tiempo que comparten son minutos o horas, la importancia está en que ese tiempo, debe ser con el foco puesto en el momento que están compartiendo. Entienden que el tiempo que pasa es irrecuperable, por lo tanto no disfrutan más que un rato entregándose cuerpo y alma a la persona que tienen al lado.
Regalos: Cuando hablamos de regalos, no hablamos de los más caros. Estas personas entienden al amor en base de detalles. Al ver que su amigo o su pareja ponen de su esfuerzo para hacerles un regalo, se sienten importantes y queridas. Claramente no hay que confundir al regalo como un medio por el cual se busca conseguir algo, u obtener otro regalo a cambio. Un obsequio no es más que otra muestra de amor.
Contacto físico: Este es otro de los lenguajes del amor. Es muy probable que estas personas se sientan muy cuidadas en un abrazo cálido, en una caricia. Incluso se dice que los abrazos tienen un poder sanador. Esta manera de expresar y comprender al amor viene la mayoría de las veces de la infancia, ya que la contención física nos nutre, nos mantiene tranquilos. Y al crecer, no perdemos esa necesidad del contacto de las personas que amamos.
Actos de servicio: A ciertas personas más que un abrazo, los gratifica el hecho de que los demás realicen tareas para comunicar lo que sienten. Son actos de servicio que se hacen por amor, ni por obligación ni necesidad; por el simple hecho de ser generoso con quien tienes al lado, y demostrarle tu amor estando ahí, ayudándolo. Por ejemplo preparándole una comida. Tener detalles que sorprendan.