Para "sacarte el papel de madre" y ser una persona normal, necesitas reencontrarte contigo misma, establecer límites claros, delegar responsabilidades y priorizar tu bienestar individual, entendiendo que ser madre es un rol, no tu identidad completa, y que el cuidado personal es esencial para ser una buena madre y una persona plena. Se trata de un proceso de equilibrio, no de eliminar tu maternidad, sino de integrarla con tus necesidades personales, y puede requerir autocompasión, establecer límites saludables y buscar apoyo profesional si es necesario.
Pasos para reencontrarte
Redefine tu identidad: Reconoce que eres una persona con intereses y necesidades más allá de la maternidad. La idea de la "madre sacrificada" es un mito; cuidarte a ti misma es crucial.
Establece límites: Comunica claramente tus necesidades y límites, tanto con tus hijos (a medida que crecen) como con tu pareja y tu entorno, para evitar dinámicas de control o dependencia.
Prioriza el autocuidado: Dedícate tiempo para actividades que disfrutes. Esto no es egoísmo, sino una necesidad para tu salud mental y física.
Busca apoyo y delega: No tienes que hacerlo todo sola. Pide ayuda a tu pareja, familiares o amigos, y considera la terapia para manejar la sobrecarga y reestructurar roles.
Practica la autocompasión: Acepta que cometerás errores y que no serás perfecta. Sé amable contigo misma como lo serías con una amiga.
Conecta con tu "yo" individual: Retoma hobbies, pasa tiempo con amigos o haz cosas que te conecten con quien eras antes de ser madre.
Cuando el rol te abrume
Valida tus emociones: Permítete sentirte abrumada, frustrada o cansada. Es una señal de que necesitas un cambio, no de que eres una mala madre.
Técnicas de relajación: Usa la respiración profunda para volver a tu centro cuando te sientas abrumada.
Comunícate asertivamente: Habla con tu pareja o hijos sobre cómo te sientes, buscando soluciones juntos y estableciendo nuevas reglas de convivencia.
Considera la terapia
Un profesional puede ayudarte a romper patrones negativos, negociar expectativas y desarrollar estrategias para equilibrar tu vida personal y familiar, especialmente si sientes que repites dinámicas familiares disfuncionales.
Al final, "ser normal" como madre significa encontrar un equilibrio donde tu bienestar personal y tu rol maternal coexistan de forma saludable, permitiéndote ser tú misma mientras cumples con tu rol de cuidadora.
