sábado, 9 de junio de 2018

No te desgastes

No te desgastes tratando de impresionarlo. No funciona. Dejá de hacer cursos para ser mejor persona con tal de que el otro no se vaya. Sé mejor persona y chau. No te tiñas el pelo de caoba, no te pongas extensiones de pestañas, no te depiles las cejas porque ahora está de moda. No te va a querer más por eso. No te estires ni el cuello ni la nariz. Es irremediable.

No pintes, no saltes, no remes, no chupes, no cocines, no cojas como actriz porno. No te achiques, ni engordes, ni ablandes, ni endurezcas. No vengas ni vayas ni corras ni te quedes quetita y en el lugar: sólo para que él sepa dónde encontrarte. No hagas nada. Ni te enloquezcas, ni te parelices, ni vayas a yoga en calzas, ni a la boba que te tira las cartas.

Calmáte ya.
Calmáte un poco.
No te desgaste.
No hace falta.

Nada hará que te quiera, ni que vuelva, ni que le parezcas linda o fea. Nada de nada. Ni la plata gastada ni la invertida ni la que tiene tu papá ni la que le das por mes. Nada. Nada podrá hacer que él te ame. Nunca. Nunca lo hará. Quizás parecerá que sí. Quizás hará el intento. Quizás hasta le salga bien y te quiera. Nada hará que te ame.

Te lo advierto.
Dale, amiga.
No te desgastes.

Hasta que no te aceptes vos. Nadie te amará. Nadie. Si no podés ver quién sos de verdad. Si no podés amarte hasta la médula por vos misma, nadie más lo hará. No porque no puedas ser amada. Nadie te amará hasta que no aprendas a amarte sin querer impresionarlo a él o al mundo entero mundial. No funcionará nada de nada. Hay sólo una verdad posible: nadie vale tanto como vos.

No te bajés el precio. Te lo juro, loca. Sos cara.


No hay comentarios:

Publicar un comentario